martes, 17 de noviembre de 2009

BIENVENIDOS A LA ESQUINA DEL HORNO

Esta zona de nuestro pueblo, del Hinojoso del Marquesado, siempre tuvo una vitalidad inusitada. A la llegada del anochecer, era punto de encuentro para jóvenes mozos desde donde se aprovechaba el tiempo para charlar de los chismorreos del pueblo, el tiempo, de las labores del campo según la época del año en que estuviésemos, y al mismo tiempo para ver a la muchachas en edad de merecer, paso obligado para las chicas de la Quinta, El Toledillo o el pozo Chile, que con el pretexto de comprar o hacer cualquier recado, bien por que a ellas así se lo pedía el cuerpo o bien inducidas por su madre, para que lucieran el palmito y a ver si les salía novio, se dedicaban a pasear en la anochecida.
Era un trasiego incesante de mozas, a comprar en la Restinga, a por leche o suero a la lechería del hermano Roberto, a por vino a la taberna de la Tomasa, o a por levadura al horno de la Nana, esperando las miradas o los piropos de los mozos.
Mientras, los más jóvenes jugábamos a las esquinas, al pillar, al aro, a la piola.
Cuando algún pequeño nos acercábamos a algún corro para escuchar alguna conversación de los más mayores, estos nos enviaban a freír espárragos.
Estos recuerdos quedan en la memoria, porque la juventud de ahora ha desaparecido de estas zonas, que fueron en su día tan pasajeras, entretenidoas y divertidas.
Ya solo quedan como representantes de este sitio de distintas generaciones: Lope, Agapito y Pepe, como si de alcaldes y concejales del barrio se tratase.

"Mis Recuerdos".

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