miércoles, 30 de abril de 2008

DON QUIJOTE PASO POR LOS HINOJOSOS

Fragmento del escrito de un amigo estudioso cervantista, de la Puebla de Almoradiel, donde describe las andanzas de Don Quijote por Los Hinojosos.
"Continúan nuestros viajeros hacia Zaragoza, sin duda alguna, por el antiguo y muy derecho camino de El Toboso a Villanueva de Alcardete, para seguir, desde este pueblo, por la Vereda Real de Soria cuando se encuentran con la carreta de las Cortes Orden a de la Muerte, «... una carreta que salió a través del camino, ...», y, uno de los ocupantes de ésta, el Diablo, dice a Don Quijote: «... hemos hecho, en un lugar que está detrás de aquella loma, esta mañana, que es la octava del Corpus, el auto de Las Cortes de la Muerte, y hemosle de hacer esta tarde en aquel lugar que desde aquí se parece; ... ».
Yendo por el citado camino hacia Villanueva de Alcardete, se cruza, a 10 kilómetros de El Toboso, el también antiguo, Camino de Quintanar a Los Hinojosos, que, coincidiendo exactamente con lo descrito por Cervantes, tiene, al Oste del punto de cruce en que se encontraron Don Quijote y Sancho con la carreta, la loma en la que está, como punto más alto,el Amirón de 884 metros de altitud, y al Oeste, Quintanar de la Orden, a 10 kilómetros de distancia, que es el «lugar que desde aquí se parece». Quien quiera ver el sitio justo de la aventura de la Carreta de la Muerte, puede darse un paseo en coche, de 128 kilómeros desde Madrid, y encontrará en el kilómetro 10,400 de la carretera de Quintanar de la Orden a Los Hinojosos, el punto donde ocurrió la citada aventura, y comprobará, una vez más, cómo Cervantes se ajusta a la realidad topográfica del terreno que describe.
Sigo con la ruta, y no quiero extenderme en excesivos detalles, por lo que remito al lector a las hojas 660 y 688 del Instituto Geográfico y Catastral, para que aprecie en ellas, por ser demasiado incómodo apreciarlo directamente sobre el terreno, con qué lógica obró el bachiller Sansón Carrasco, sabedor de las intenciones de Don Quijote, al esperar a éste, al lado del río Gigüela, «... debajo de unos altos y sombrosos árboles ... », por donde había de pasar el héroe, con Sancho, camino de Zaragoza, para darle batalla, vencerle y obligarle a volver a su pueblo.
Cuando los protagonistas de nuestra historia parten de El Toboso, marchan hacia el norte, pues dice Cervantes: «.... volvieron a subir en sus bestias, y siguieron el camino de Zaragoza, ...», y esta ciudad está al norte e El Tobolo. En el capítulo XIV de la parte segunda, Cervantes vuelve a decir después de la batalla con el Caballero del Bosque: «.... Don Quijote y Sancho volvieron a proseguir su camino de Zaragoza, ...» y, en el capítulo XV de esta misma segunda parte dice del bachiller Sansón Carrasco y de Tomé Cecial: «... y, así, siguieron el mismo viaje que llevaba Don Quijote y llegaron casi a hallarse en la aventura del Carro de la Muerte, ...». Es lógico y natural que el bachiller y Tomé Cecial pensaran en encontrarse con Don Quijote lo más cerca posible de su pueblo, y, sabedores de que éste se dirige a las Justas en Zaragoza, fueron a esperarle al camino de El Toboso a Villanueva de Alcardete, por el que había de pasar, en el punto de cruce de este camino con el de Los Hinojosos, donde ocurre la aventura de la Carreta de la Muerte, a la que casi llegan, y «siguieron el mismo viaje que llevaba Don Quijote» hasta llegar al río Cigüela, donde le encuentran. Lo que dice el texto cervantino responde, justamente, a la realidad topográfico del terreno. Siguen hacia Zaragoza Don Quijote y Sancho, por el camino de Horcajo de Santiago a Villanueva de Alcardete y, a 7 kilómetros del río Gigüela, desembocan en la tan repetida Vereda Real de Soria. En ésta los alcanza (porque su caminar es lento, como se deduce del relato), Don Diego de Miranda, y siguen con él hasta su casa. Mientras caminan juntos, el del Verde Gabán, dice a Don Quijote: «Yo, señor Caballero de la Triste Figura, soy un hidalgo natural de un lugar donde iremos a comer hoy, si Dios fuere servido», y, un poco más adelante: «..mis ejercicios son el de la caza y pesca; ... ».
Desde el cruce del río Gigüela, donde pasan la noche y ocurre la aventura del Caballero de los Espejos, hasta Pozorrubio, hay unos 17 kilómetros, por los caminos de entonces, que, naturalmente, son los seguidos por nuestros viajeros, y esta distancia corresponde a media jornada de Rocinante y del rucio, así a la hora de comer, deberían llegar a este pueblo, por lo que puede ser por esta razón, el de Don Diego Miranda. También puede serio porque hay pesca, pues me dicen los ancianos de la localidad que se pescan lucios, barbos, carpas y otros peces. No sé si estas especies se darían antes,' pero sí los otros peces. El río pasa a kilómetro y medio del pueblo, y a 3 kilómetros agua arriba del punto más próximo, hay un lugar llamado Torrelengua, que dista 4 kilómetros de su centro urbano, en el que existen, probablemente de origen árabe, pequeñas represas o azudes, que me parece exagerado llamar embalses por sus pequeñez, en los que hay agua y peces todo el año, hasta en el máximo estiaje, en que puede decirse que se seca el cauce".
Aquí hay otro enlace de Don Quijote el el que se habla de Los Hinojosos
A LA VISTA DEL ESCRITO ANTERIOR, QUEDA CLARO QUE SI "PASÓ" DON QUIJOTE POR LOS HINOJOSOS.
Colaboración de Cesáreo Fraile Izquierdo.

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