sábado, 6 de junio de 2009

MAYOR OREJA

Justifica a Franco, no critica a la extrema derecha y veta a Prisa

No nos merecemos que un neofascista como Mayor gane en Europa
En Holanda, las elecciones europeas, celebradas con una muy baja participación (el 40 por ciento), han favorecido a la extrema derecha. El Partido para la Libertad [que así se denomina, con escarnio, el partido ultraderechista] obtuvo en las urnas más de un 15 por ciento de sufragios. Este domingo, día 7 de junio, los comicios para elegir eurodiputados se celebrarán en diversos países, entre los cuales, España.
A priori, y por lo que concierne a España, esa enojosa eventualidad no va a producirse de ninguna manera. Al menos, no va producirse formalmente. España es de los pocos estados europeos en los que la extrema derecha es políticamente marginal, sin apenas apoyo en todas y cada una de las elecciones. Ello, sin embargo, no quiere decir que no exista. Ocurre que mayoritariamente no pocos ultras, más o menos camuflados, hace años que se acogieron a la hospitalidad de Génova 13.

Salió del armario en 2007
Es el caso de Jaime Mayor Oreja, aunque su procedencia sea en primer lugar la de la Democracia Cristiana –en el segmento más conservador- y, más tarde, la de UCD. El 14 de octubre de 2007, el número 1 de la candidatura popular decidió salir del armario, sea dicho esto en términos estrictamente políticos. Ese día el prestigioso periódico La Voz de Galicia publicó una amplia entrevista con quien fuera -siendo José María Aznar presidente del Gobierno- ministro del Interior.

Naturalidad y normalidad
Interrogado sobre la Ley de la Memoria Histórica y la condena al franquismo, Mayor Oreja declaró con rotundidad: “¿Cómo voy a condenar lo que, sin duda, representaba a un sector muy amplio de españoles?” Y añadió: “¿Por qué voy a tener que condenar yo el franquismo si hubo muchas familias que lo vivieron con naturalidad y normalidad (…) Era una situación de extraordinaria placidez”.

Alternativa Española
Tras este reconocimiento de que con Franco no había para tanto -lo que significa una justificación del golpe de Estado, de la guerra civil y de los cuarenta años de paz-, Mayor Oreja volvió públicamente a las andadas el pasado jueves. Entrevistado en la COPE, Jiménez Losantos le inquirió sobre la posible amenaza que supone para el PP el partido Alternativa Española (AES) que, como dijo el locutor, es “el partido del yerno de Blas Piñar”.

Partido “testimonial”
Mayor Oreja no replicó subrayando que el PP no tiene porqué temer a la extrema derecha. Se limitó a calificar a ese partido de “testimonial”. No lo descalificó en momento alguno desde una óptica o argumentación democrática. “Las personas que quieren defender el derecho a la vida y otras grandes cuestiones deben saber articular una mayoría”, señaló el que será el máximo representante de la derecha española en el Parlamento europeo.

Ayer supimos…
Y, finalmente, ayer supimos que Mayor Oreja había “vetado a El País en las entrevistas electorales”. Y, por supuesto, también a la cadena SER y a la televisión Cuatro. Una actitud como ésta –que, por cierto, fue decretada por Rajoy después de una intervención muy crítica de Polanco contra los populares, poco antes de su muerte- define aún más al personaje como ejemplo de un político no democrático, un nostálgico del franquismo o, si se prefiere, un neofascista.

Zapatero unido a ETA
Únicamente un tipo así, digamos neofascista, es capaz –como hizo él en la entrevista de La Voz de Galicia- de decir lo siguiente: “El proyecto de Zapatero cuenta con ETA. Zapatero ha hecho una unión temporal de empresas con ETA. El objetivo de la empresa Zapatero es una España irreconocible, radicalmente distinta de la constitucional, una segunda transición, una España en la que los valores más tradicionales, cristianos, sean sustituidos por otros (…) La posición de Zapatero es (…) una chapuza (…) Su proyecto es suicida”.

Moderado de pitiminí
No nos merecemos los ciudadanos de este país que un neofascista como Mayor Oreja gane las elecciones europeas. No nos merecemos tampoco estar presentes en el Parlamento europeo con una derecha que tiene a un neofascista de abanderado. Fue Rajoy –ese moderado de pitiminí- el que en su calidad de líder conservador lo designó número 1 y lo revalidó en este puesto. Hay que ir a las urnas –muchos, cuantos más, mejor- y votar por los socialistas o por otro partido básicamente progresista. El PP de Rajoy y de Mayor Oreja no es un error. Es un horror para cualquier demócrata. Y es que, lamentablemente, la extrema derecha en España anida en el interior del PP.

Enric Sopena es director de El Plural

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